Cuando ya estaba por concebir el sueño, una voz me dice “¡Llegamos!”. Era el complejo Diony’s, en cuyo interior nos encontramos con un matrimonio recién celebrado, olor a chela por aquí y tías en zapatos de tacón gritando por allá. Hacía un frío de la patada y no nos quedaba otra cosa que esperar a que nos dejaran pasar al stand. En eso un señor, al que llamaremos portero, nos invitó a pasar dentro del local.



Barro, niebla, llovizna y el cielo gris nos dieron una no muy cálida bienvenida, sin embargo con el paso de las horas todo fue mejorando. El cielo ya destellaba pinceladas naranjas y vimos la aparición del sol. ¡Por fin había llegado el día del evento y debemos dejar el sueño de lado y comenzar a construir la realidad!





Así que “manos a la obra” me dije y junto con Yadira cargamos algunos elementos del patio para dentro del Stand, hasta que llegaron Austin y Limiko comprando nuestro desayuno en el mercado de al lado. Pero cuidado!! Todo a nuestro alrededor se mojaba. Gota…tras gota…tras gota… el techo hecho de tela estaba empapado. En eso no sé quién cogió la hoz de Limiko y, arrimando la mesa hacia adelante, prosiguieron ella y Austin a usarla para drenar el agua a través del mango de madera del artefacto en cuestión.




Concentradas en la hazaña, nos dimos cuenta de que los otros organizadores comenzaban a llegar, así como los que ocupaban stands aledaños al nuestro. Dejémonos de huevear y ordenemos de una vez todo. Y ‘voilá’, en un dos por tres teníamos todo el merchandising dispuesto a la cara del público, almohadas, revistas, stickers, billeteras, posters, fan arts y una sonrisa se dieron a conocer al público para atraerlos hacia nuestro stand, cuyo distintivo era el cuerpo de Chatora con el logo del grupo encima.






“Esto me gusta” decían algunas yaoístas cuando se acercaban y preguntaban cuánto estaba la Suggestion, y también los chicos cuando veían la Rewrite. Luego comenzó lo bueno, cuando se comenzaron a gestar las chácharas con respecto al grupo, al anime, al manga, al arte, entre otras cosas. Nos dimos cuenta de que nos gusta compartir nuestras experiencias vividas con la gente que nos acoge apoyándonos en nuestra ardua labor. A todos ellos, ¡muchas gracias!





Mientras transcurría la tarde, hacía hambre y tocaban los sanguchitos de rigor. Y no podía faltar su respectiva gaseosa. El sol quemaba y los ánimos empezaban a convertirse en zozobra, por lo cual algunos de los que habían llegado más tarde debieron quedarse a atender el stand. Mientras tanto Austin y yo dormíamos en el pasto de atrás, heladito por la lluvia de la madrugada, y caía a pelo en ese momento de sofocante calor.

La música empezó a sonar con más fuerza al fondo en el escenario, y la gente se comenzó a animar con las distintas actividades que se daban lugar en las salas del local.



Daban vueltas por los stands mirando todo lo que había para comprar, mostraban entusiasmados sus cosplays tomándose fotos, grababan videos, asistían a la proyección de anime, aprendían a pintar con acuarelas, participaban en concursos de sabiduría otaku y cantaban en el karaoke.

Así transcurrió el evento del 24 de mayo en el complejo Diony’s en Ate. Tuvo pros y contras al igual que cualquier otro evento, pero lo que sí fue productivo para nosotros como grupo fue que pudimos conversar más directamente con el público al que le debemos todo nuestro respeto y productividad como dibujantes.





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